¿Sabes eso que dicen del miedo al papel vacío o el lienzo en blanco?
Mentira cochina que corroe y no deja crecer.
La receta tiene pocos ingredientes. Con un rotulador, una superficie (cristal por ejemplo), y algo de tiempo se puede improvisar un espacio fantástico.
Y eso así, a la «mecaguenla», sin dios ni amo, a lo que pida la superficie en ese momento.
Si ya le añadimos a la receta una pizca de pensada previa, y otro poquito de boceto, el resultado es de la hostia p’arriba.
Y si has llegado hasta aquí es que te puede la curiosidad. Si tienes un cristal que quieras personalizar este es tu lugar.
Se pinta con Posca blanco que se puede retirar cuando no lo quieras más sin afectar al cristal. Será tan permanente como te de la gana.
Y la tarifa mínima por un cristal como el del vídeo es de 50€.
Si has llegado hasta aquí a través de las procelosas aguas de internet, o por azar, o porque te lo ha recomendado alguien que te quiere bien puedes dejarme aquí tu precioso email y estar al tanto de lo que se cuece en la marmita (e incluso llevarte un regalo por tu cara bonita).